Zamora acoge este miércoles (salón de actos de La Alhóndiga, 20.00 horas; entrada libre) la proyección del cortometraje “Guernica: el último exiliado” y un coloquio con la historiadora del arte y especialista Genoveva Tussel, una valiosa oportunidad para conocer la intrahistoria de la operación que trajo a España la obra artística más celebrada del siglo XX: el Guernica de Pablo Picasso, en plena conmemoración del cincuentenario de la muerte del genio malagueño, anfitrión de numerosos artistas españoles en París, entre ellos, el zamorano Baltasar Lobo.
La participación de Genoveva Tussel en el acto resulta doblemente oportuna: la historiadora es hija de Javier Tussel, historiador y director de Bellas Artes en la etapa de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno y, por tanto, uno de los artífices del difícil viaje a España de la icónica pintura, en 1981, procedente del MOMA de Nueva York. Su relación personal y familiar con la obra desde niña ha marcado también, ya como historiadora, uno de sus grandes temas de estudio, la relación entre el arte español y el franquismo. Pero, además, a través de la documentación legada por su padre, Genoveva ha podido reconstruir la compleja operación que trajo la pintura de Picasso —convertida ya en emblema de libertad y de lucha frente al totalitarismo—, una investigación que ha plasmado en el libro “El Guernica recobrado. Picasso, el franquismo y la llegada de la obra a España” (Cátedra, 2017).
“El director del cortometraje, Guillermo Logar, ha logrado plasmar en un tiempo récord, tan solo 20 minutos, lo más importante de aquel proceso”, afirma Tussel sobre el documental que se proyecta este miércoles en Zamora, y que fue estrenado en el Museo Reina Sofía, espacio que alberga la simbólica pintura. “Ha sabido seleccionar las imágenes más relevantes y resumir la operación en una película que logra captar desde el inicio la atención del espectador”, añade la historiadora, profesora del Departamento de Historia del Arte de la UNED.
En efecto, la película se proyecta en el salón de actos de La Alhóndiga después de recorrer varios festivales y numerosas salas. “Como el propio director ha comentado, es impresionante conocer la importancia que el país le dio a la cultura en el año 1981, un momento en el que este ámbito que era una prioridad y tuvo lugar una operación de retorno que era definitiva”, asegura Genoveva Tussel. La historiadora hace hincapié en la enorme popularidad que acompañaba a la obra en el inicio de la etapa democrática y lo que significaba en la lucha por la libertad. “La gente que estaba en contra del franquismo tenía en casa un póster del Guernica”, cita, a modo de ejemplo.
